sábado, 24 de octubre de 2009

Jesús en Nazaret (Mateo 13:53)

En este versículo se resalta lo que Jesús les había dicho anteriormente a la multitud, les había hablado en parábolas. Pero la gente se sorprendía de que tenía demasiada sabiduría, no sabían de donde le provenía tal don, mas aún decían entre ellos que era como ellos, común y corriente, ignorando su procedencia divina, y se escandalizaban de Él, pero Jesús les dijo:
-"No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa".
Quiero dar énfasis a esta frase y dividirla en 2 partes para analizarla.
La primera "No hay profeta sin honra"; Jesús en todo el nuevo testamento, habla de nacer de nuevo, de aceptarlos en nuestros corazones, de reconocer el sacrificio en la cruz, con el fin de que seamos uno con Él, por medio del Espíritu Santo, para que así seamos salvos del infierno.
Se lo dijo a Nicodemo:
Jesús y Nicodemo
Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, dignatario de los judíos.

2 Este vino a Jesús de noche y le dijo:

--Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.

Le respondió Jesús:

--De cierto, de cierto te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios.

Nicodemo le preguntó:

--¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?

Respondió Jesús:

--De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios.

Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: "Os es necesario nacer de nuevo". El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo aquel que nace del Espíritu.

Le preguntó Nicodemo:

--¿Cómo puede hacerse esto?

Jesús le respondió:

--Tú, que eres el maestro de Israel, ¿no sabes esto?

De cierto, de cierto te digo que de lo que sabemos, hablamos, y de lo que hemos visto, testificamos; pero no recibís nuestro testimonio. Si os he dicho cosas terrenales y no creéis, ¿cómo creeréis si os digo las celestiales? Nadie subió al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. (Juan 3:1-15)

lo demostró con Lázaro;

Resurrección de Lázaro
Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva y tenía una piedra puesta encima.

Dijo Jesús:

--Quitad la piedra.

Marta, la hermana del que había muerto, le dijo:

--Señor, hiede ya, porque lleva cuatro días.

Jesús le dijo:

--¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?

Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo:

--Padre, gracias te doy por haberme oído.

Yo sé que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.

Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz:

--¡Lázaro, ven fuera!

Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo:

--Desatadlo y dejadlo ir.(Juan 11:38-44)

y dió su vida para testificarlo, vida que tenemos con Cristo y con el ya no andaremos en tinieblas;

Otra vez Jesús les habló, diciendo:

--Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. (Juan 8:12)

ya tenemos rumbo, un rumbo iluminado, el cual es, servir a Dios. Al estar sometido al Señorio del Señor Jesucristo, como mencione vida nueva tenemos, es un borron y cuenta nueva, nuestros pecados fueron perdonados por su Sangre, conjuntamente morimos en la cruz con Él para tener vida nueva con Él, y el Espíritu Santo (que es la representación de Dios en nuestros corazones) habita en nosotros y habla a traves de nosotros. El deber de todo cristiano es evangelizar, así les dijo Jesús a sus discípulos cuando se les presento despues de la resurrección.

18 Jesús se acercó y les habló diciendo: «Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.

19 Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,

20 y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo».

Amén. (Mateo 28:18-20)

Somos profetas de Jesucristo, somos la luz del mundo, debemos predicar la salvación eterna, no por obligación, sino por "Amor". Porque queremos lo mejor para nuestro prójimo, no queremos que este sea condenado, sabemos la receta de la vida eterna y compartíendola agradaremos a Dios. La Palabra hace al ignorante sabio, y al débil, fuerte nos complementa y nos guía hacia lo mejor. No hay porque avergonzarse del evangelio Jesús nos dice que si lo reconocemos acá en esta vida Él lo hará en el día de juicio, pero si no lo hacemos Él tampoco lo hará.

"A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también lo confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.

33 Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos". (Mateo 10:32-33)

En Proverbios 3:16 la Palabra nos habla si guardamos las enseñanzas de Dios, las atesoramos ya tendremos honra delante de Dios y un buen hablar delante de los hombres. En síntesis, guardando las enseñanzas de Jesús estaremos privilegiados, y Dios nos honrará allá en el cielo.

La segunda frase del texto de Mateo 13:53 dice "sino en su propia tierra y en su casa". Al nacer en Espíritu, ya tenemos una morada, y aquella esta con Dios, esa es nuestra casa y en la tierra se convertiria en un hospedaje, estamos en la tierra como representantes de Cristo, es un lugar pasajero, porque nuestro lugar está con el Padre.

"2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros". (Juan 14:2)

Para resumir Jesús nos dice que todo esfuerzo que hacemos para que prevalesca el evangelio será recompenzado en el cielo. Pero les recomiendo que prediquemos y evangelicemos no por obligación, sino por amor, el mismo que llevo a Jesús a sacrificarse por nosotros en la cruz.

Amén.