En este párrafo se nos habla de que manera debemos orar. Jesús nos dice que establescamos una conversa con Dios en nuestro cuarto y en secreto para que el Padre nos bendiga en público, en vez de aquellos que oran en público buscando ser vistos por los hombres, no esta mal y ya tienen su recompensa, pero es mejor hacerlo en privado. Y no utilizando palabrerías absurdas, repitiendo noche a noche o día a día lo mismo es mejor hablarle con el corazón, por que Dios sabe lo que necesitamos y que no. Por ello nos enseñó la oración universal que es tan conocida por todos, para que nos sirva como base para orar con el Padre:
"Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu Reino. Hágase Tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día,dánoslo hoy. Perdona nuestras deudas, como también nosotros perdónamos a nuestros deudores. No nos metas en tentación, sino líbranos del mal, porque tuyo es el Reino, el Poder y la Gloría, por todos los siglos. Amén."
Entonces si aprendemos a perdonar, se nos perdonará, pero si no perdonamos no se nos perdonará.
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